Countdown (2019): Cuando la tecnología se convierte en una sentencia de muerte
En un mundo donde las aplicaciones gobiernan cada aspecto de nuestras vidas, Countdown (2019) plantea una pregunta inquietante: ¿y si una simple app pudiera predecir exactamente cuándo vas a morir? Dirigida por Justin Dec, esta película de terror mezcla sustos sobrenaturales con una crítica velada a la dependencia tecnológica que domina nuestra sociedad actual.
La historia gira en torno a Quinn Harris (interpretada por Elizabeth Lail), una joven enfermera que descarga “Countdown”, una aplicación viral que asegura revelar con precisión el tiempo restante de vida de cada usuario. Aunque al principio lo toma como una broma sin importancia, todo cambia cuando descubre que su cronómetro marca menos de tres días. Cuando personas a su alrededor que también han descargado la app comienzan a morir justo cuando su contador llega a cero, Quinn se da cuenta de que la amenaza es real… y letal.
Lo que sigue es una carrera desesperada contra el tiempo. Quinn intenta descifrar el misterio detrás de la aplicación maldita, buscando formas de romper el contrato digital que, aparentemente, la condena. En su camino se encuentra con Matt (Jordan Calloway), otro joven con un destino similar, y juntos intentan desentrañar el origen del mal que los persigue. Entre rituales demoníacos, símbolos oscuros y visitas al clero moderno, Countdown se adentra en los terrenos del horror tradicional con un envoltorio contemporáneo.
La fuerza de la película no reside tanto en su originalidad argumental como en su capacidad para generar tensión constante. Las escenas de terror están bien construidas, con un uso efectivo del sonido, iluminación y efectos visuales para provocar sobresaltos. Si bien algunos sustos pueden parecer predecibles para los aficionados al género, Countdown logra mantener un ritmo ágil y una atmósfera inquietante desde el principio hasta el final.
Elizabeth Lail se destaca como protagonista, aportando humanidad y vulnerabilidad a un personaje atrapado entre el escepticismo y el terror absoluto. El elenco secundario cumple su función, con momentos de alivio cómico —en especial el excéntrico sacerdote interpretado por P.J. Byrne— que equilibran la oscuridad general del relato.
Más allá del miedo superficial, Countdown lanza una crítica nada sutil a nuestra obsesión por la tecnología y la información instantánea. El hecho de que millones de personas descarguen sin cuestionar una aplicación que les promete revelar el momento exacto de su muerte no es solo el punto de partida para la trama, sino un reflejo escalofriante del comportamiento moderno.
En resumen, Countdown no es una revolución dentro del cine de terror, pero sí una propuesta entretenida y adecuada para quienes buscan una mezcla de horror moderno, crítica social y emociones intensas. Con una premisa inquietante y una ejecución sólida, la película deja una pregunta que persiste incluso después de que terminen los créditos: ¿te atreverías a saber cuándo vas a morir?